Lipoatrofia semicircular (o el síndrome del edificio enfermo)

"La lipoatrofia semicircular es un trastorno de la grasa subcutáneo, poco frecuente, idiopático (sin causa conocida) y situado, sobre todo, en el frente de los muslos y más raramente en las muñecas"

Dr. Francisco Marqués (Especialista en Medicina  del Trabajo)



Esta rara enfermedad ya empezó a conocerse por el año 1974, cuando la medicina alemana comenzó a investigar sobre ella. Pero cuando, sin duda, cogió mayor relevancia fue a partir del año 1995 cuando en las oficinas de la compañía belga KBC Bank & Insurance Group se detectaron 900 casos de extrañas atrofias musculares en trabajadores. Más de una década después, en el año 2007, 150 empleados de la empresa barcelonesa Gas Natural también fueron diagnosticados con la enfermedad de lipoatrofia semicircular o síndrome del edificio enfermo. Y hasta la fecha no han cesado de aparecer casos, aunque esporádicos, suficientes como para tomar las medidas necesarias para prevenirlos.

Los síntomas de esta patología se manifiestan con un hundimiento de la masa muscular de la parte frontal de los muslos (en forma semicircular), aproximadamente a una altura de 72 cm, justo la medida estándar de una mesa de oficina. Las marcas oscilan entre 5 y 20 cm de largo, unos 2 cm de grosor y una profundidad entre 1 y 5 mm. Afectando al enfermo con flojedad en las extremidades inferiores y, en algunos casos, en un alto grado de fatiga.

El motivo (aunque las causas no están del todo claras) vendría originado por un ambiente de trabajo cargado de electricidad estática. Lo cual estaría generado por unas tomas de tierra escasas, una sequedad ambiental  alta o la falta de ventilación del lugar de trabajo (de ahí que se le achaque la enfermedad al edificio). Suelen ser edificios de oficinas, donde los equipos (ordenadores, impresoras, pantallas, teléfonos, cableado,... etc.) generan campos electromagnéticos que descargan cuando entran en contacto con el cuerpo humano, que actúa como conductor de esta descarga. Por este motivo notamos corriente al tocar un pomo metálico, al estrechar la mano con algún compañero o al tocar con nuestros muslos el canto de una mesa, cosa que explicaría las extrañas marcas.

La lipoatrofia semicircular no es grave y se puede curar en pocos meses si el trabajador cambia de centro de trabajo o se solucionan las causas de esta enfermedad llevando a cabo unos cambios en el edificio para mejorar este ambiente poco favorable para la salud del trabajador.

Las medidas pasarían por controlar los niveles de humedad de la zona de trabajo (que deben oscilar entre el 50 -70 %), adecuar los sistemas de ventilación, emplear materiales antiestáticos para el suelo y reducir los campos eléctricos mediante puestas a tierra del mobiliario y cableado.



En el caso de los pavimentos sería necesario utilizar un material conductivo, fabricado con partículas de carbón para favorecer esta conductividad. Además deberá adherirse a la solera, antes de su instalación un emparrillado de tiras de cobre (de 1 cm de grosor, como mínimo), dibujando cuadros cada 2 metros aproximadamente, como muestra la fotografía superior, y conectados en uno de sus extremos a una toma de tierra (es recomendable que haya una toma cada 20-25 m2). Todo esto coordinado con la empresa de electricidad que llevará a cabo las conexiones. La cola también deberá tener propiedades conductivas para una mayor absorción de esta electricidad estática. De esta manera no conseguiremos eliminar los campos electromagnéticos, pero sí haremos que descarguen en las tomas de tierra repartidas por todo el edificio y no en el mobiliario de la oficina ni, lo que es peor, en nuestros cuerpos.

Los diseños de estos tipos de materiales tienen una más que aceptable gama de colores y aunque predominan los azules o grises, también podremos encontrar ocres, verdes o rojos. Tienen la apariencia de un suelo de PVC tradicional (2 mm de grosor) y el moteado suele ser sin dirección. El formato se puede adquirir tanto en losetas como en rollo, aunque esta última opción sea la más recomendable. Es un material ideal para laboratorios, industrias de electrónica o áreas sensibles a la descarga electrostática de hospitales. 



Espero que os haya resultado interesante esta entrada y haber podido aclarar algunas dudas sobre esta extraña patología. Ya sabéis que podéis dejar vuestros comentarios u opiniones, será un placer compartirlas.

¡Hasta pronto!



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